miércoles, 27 de abril de 2016


Desde el tiempo de la antigua Roma hasta los días de hoy, el hormigón o concreto ha sido utilizado para llevar a cabo la construcción de todo tipo de edificaciones. Con el paso de los años se ha ido descubriendo que si a este se le agrega o es mezclado con otros materiales sus propiedades físicas cambian. Por ejemplo, en la antigua Roma se descubrió que si se le agregaba ceniza volcánica a la mezcla esta podría fraguar bajo el agua, como también, que si se le mezclaba con pelo de caballo o sangre el concreto adquiría resistencia ante las bajas temperaturas. Fue gracias al ensayo y error que se fue mejorando el hormigón, volviéndolo más liviano o pesado, más resistente, más atractivo a la vista, entre otros. Es así donde la innovación de dos ingenieros civiles: Joel Sosa Gutiérrez y Sergio Galván, ambos graduados de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en México, llega para cambiar el hormigón con la creación de tres aditivos, uno que permite la producción de concreto gris normal pero mecánicamente más resistente, otro que permite que el hormigón conduzca electricidad pero sin electrocutar, y un último pero no menos importante (en cual nos centraremos), que le otorga al hormigón la propiedad de ser translúcido permitiendo así el paso de luz, obteniendo un producto completamente innovador.

El hormigón siempre se ha conocido como un material compuesto por piedras fragmentadas, un aglomerante (generalmente cemento Portland), arena y agua, y en ocasiones aditivos o adiciones que mejoran algunas de sus propiedades. Este progresivamente se encuentra a efectos de cambio y estudio para intentar mejorar sus propiedades frente a los diferentes problemas que surgen y a las nuevas formas de construcción que se innovan con el paso del tiempo. En México, a mediados del año 2005, surge el aditivo Ilum, como parte de los  estudios de licenciatura de los ingenieros anteriormente  mencionados.

 El concreto translúcido es un polimérico a base de una mezcla mineral de óxidos metálicos, agregados finos, agregados gruesos, con propiedades mecánicas mejoradas del concreto y el aditivo Ilum cuya fórmula es secreta. La función primordial de este aditivo, es según Sosa y Galván (2005:36):“Básicamente este producto cambia las propiedades ópticas del concreto dejando que la luz pase a través de él en diferentes tonalidades de acuerdo con el aditivo que se le agregue o el pigmento que se le añada para moderar su intensidad y teñirlo simplemente”. Con esto se entiende que es  un  compuesto que al ser añadido al concreto se consigue una mezcla translúcida, la cual permite que las futuras construcciones de edificios, como de cualquier otra edificación,  permitan el paso de la luz a través de sus muros.

En este contexto Ilum es único en su tipo, ya que además de permitir el paso de la luz, le confiere al concreto 15 veces más resistencia (4,500 kg/cm2), permeabilidad del 0.05%, es decir nula absorción de agua; tiene un peso volumétrico 30 por ciento inferior al comercial y puede colarse bajo el agua. Es resistente a la corrosión; además posee propiedades fungicidas, lo cual lo hace útil en la construcción de laboratorios y clínicas. Todas esas características son sinónimo de construcciones más seguras y resistentes, que permiten el  ahorro en acabados, a tal punto que pueden construirse fachadas que no requieren de cristales para su iluminación. Es importante resaltar que Sosa y Galván (2005:37):“la preparación de los concretos no requiere equipo especial, se realiza con la maquinaria tradicional al pie de la obra; posteriormente el concreto se vierte en moldes o cimbras, donde se compacta para lograr una buena colocación del material”. Ilum pueden aplicarse a cualquier construcción, ya sea como elemento estructural o arquitectónico, y ofrece:

·         Versatilidad arquitectónica.           

·         Son aplicables a todo tipo de estructura.

·         Mayor eficiencia en obra.

·         Alta trabajabilidad.

El uso de este aditivo conjuntamente con el concreto en cualquiera  de  sus  presentaciones, disminuiría enormemente el consumo eléctrico y mitigaría  el  calor, con lo que evitaría  el  excesivo consumo de electricidad, tanto por  luz como por calefacción. Además, se crearía un entorno de interacción continua entre el exterior y el interior. Según Bunge (1985:117):“En resumen, los efectos colaterales de una tecnología cualquiera pueden evitarse, disminuirse o compensarse con ayuda de alguna otra tecnología”. En este caso algunas limitaciones que haya tenido el concreto ordinario, pueden ser superadas con la implementación del aditivo Ilum. Otras de las ventajas que presenta este aditivo son:

·         Presenta un aspecto uniforme y reduce los costos de acabado.

·         Apto tanto en interiores como en exteriores.

·         Puede pigmentarse con una amplia gama de colores.

·         La translucidez puede ser moderada desde el momento de la fabricación.

·         Las dimensiones pueden adaptarse a las necesidades del cliente o del proyecto.

·  Por sus altas propiedades mecánicas, permite diseñar elementos con menores espesores.

·         Descimbrado a las 24 horas de colado con un 70% de su resistencia final.

Se considera que una de las desventajas de este concreto es que, por el alto  grado  de  translucidez  que  posee,  la  estructura  interna  de  la edificación  quedaría  a  la  vista,  lo  cual  al  cabo  de  un  tiempo  podría resultar antiestético. Además, su precio es 15 a 20% mayor que el del concreto comercial. Para Díaz (1994:120):“correr detrás de los mayores logros al menor costo posible es un  signo de nuestro tiempo (…) Se despliega así una ética de la eficiencia. Al ritmo de esta ética, lo que sirve para fortalecer el sistema se usa: lo que no, se descarta”.  Y esto es lo que se busca con el aditivo Ilum, una eficiencia del concreto, a pesar de que su costo respecto al concreto ordinario sea más elevado. Todo esto se vería remunerado con los múltiples beneficios que ofrece a corto, mediano y largo plazo.


Todo lo anteriormente expuesto, resalta lo viable que sería el concreto translúcido si se empleara de una forma más continua en el sector arquitectónico e ingenieril. El uso del concreto conjuntamente con el aditivo Ilum, presentaría grandes ventajas respecto al concreto ordinario enfocándolo más a las áreas donde este mismo puede represar gran impacto de cambio, como lo vienen siendo las zonas costera de todo el mundo, puesto que al hacerse la reacción química de la unión entre el concreto y el aditivo ilum obtenemos un material que resuelve el problema de corrosión y desgaste por la sales minerales a la que se ven enfrentado todas las edificaciones que se encuentran en dichas zonas del planeta. Este producto representaría un avance en la construcción de plataformas marinas, presas, escolleras y taludes, ya que sus componentes no se deterioran bajo el agua; como también   un  declive en el consumo eléctrico de las edificaciones donde este sea empleado. Con esto se marcaría el fin para muchas de las problemáticas que presenta el concreto ordinario, y a su vez, la evolución de un material tan imprescindible para la construcción.

Referencias en libros:

Bunge, M. (1985), Seudociencia e ideología. Madrid. Alianza Editorial , S. A.

Díaz, E. (1994), La producción de los conceptos científicos. Buenos Aires. Editorial Biblos.

Referencias en Internet:


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